♣DÍA 7: SALZBURG - MÜNCHEN♣
Reencuentro con Il Commendatore y una explosión en plena ciudad
Esta vez no madrugamos tanto como los demás días, ya que para la mañana solo tenemos planeado un último paseo por Salzburgo antes de marcharnos a Munich. A eso de las nueve y media comenzamos a organizar la ropa que tenemos desperdigada tanto por la habitación como por el pasillo, parece ser que ha terminado de secarse del todo tras el paseo en bici de dos días antes. Y por fin llega el momento que tanto temíamos: debemos bajar las mochilas por las escaleras que comunican la habitación con el pasillo. La verdad es que habiendo hecho la reserva con dos meses de antelación podrían haberse portado un poco y no mandarnos al granero... En fin. Se les perdona, aunque solo sea por las vistas desde el mirador. Bajamos las mochilas entre terribles sufrimientos y las dejamos en un hueco un tanto sospechoso debajo de un armario del comedor.
Mirador del albergue |
El precio incluye desayuno en el albergue, de modo que tratamos de desayunar dignamente para no andar con hambre después y aguantar hasta la hora de la comida. Acaparamos el mejor sitio para desayunar, una mesa para seis o siete personas con vistas a la ciudad y la fortaleza. Con el día tan bonito que ha salido hoy y esas vistas tan preciosas desde la mesa, no se puede pedir nada más. El desayuno consiste en zumo, pan (de centeno, como no), queso en lonchas, mantequilla y mermelada en un principio, aunque después traen panecillos de pan de verdad y una bebida caliente a elegir.
Como hay mucha más luz que los anteriores días en Salzburgo, aprovechamos este momento en lo alto del Mönchsberg para sacar fotos (incluyendo algún que otro intento fallido de hacer una panorámica). Consideramos la opción de subir a la fortaleza medieval, Festung Hohensalzburg (http://www.salzburg-burgen.at/en/hohensalzburg/besucherinfo/preise-oeffnungszeiten/index.htm), opción que acabamos descartando debido al escaso tiempo que nos queda. La entrada sin funicular vale 8€, por esta vez decidimos pasar y dedicar la mañana a explorar mejor los alrededores de la catedral.
Bajando al centro |
Bajamos a la ciudad por el camino habitual, la verdad es que con el buen tiempo las vistas mejoran mucho comparando con los dos últimos días. Ya en la parte inferior de la colina volvemos a pasar por la Festspielhaus, lugar en el que se representan varias obras del famoso Festival de Salzburgo. Nosotras, claro está, no podemos permitirnos las entradas y tenemos que conformarnos con mirar los carteles. De todas formas es curioso ver a gente ataviada con los trajes típicos de la zona.
Il Commendatore cerca de la catedral |
Festspielhaus |
Residenzplatz |
Kapitelplatz |
Visitamos nuevamente la plaza de la catedral, he de decir que es uno de mis lugares favoritos de Salzburgo, siempre está muy animada y hay buenas vistas a la fortaleza. Callejeamos un rato entrando en varias tiendas de souvenirs, me quedo con las ganas de comprarme una caja de los conocidos Mozartkugeln, una especie de bombones rellenos de mazapán que por desgracia no me gustan. Con lo bonitas que son las cajas... Decido que no puedo irme de la ciudad sin nada de Mozart y acabo comprando un lápiz con un violín en la parte superior.
Mozartkugeln |
Las horas pasan rápido y pronto nos vemos obligadas a despedirnos de la encantadora ciudad e ir a por las mochilas. A pesar de la dudosa seguridad de la “consigna” del albergue, no nos han robado nada y nos encaminamos hacia el ascensor del museo. Pagamos los dos euros correspondientes y esperamos al autobús en la misma parada donde nos dejó dos días atrás. El bus llega en pocos minutos y nos lleva a la estación, el centro de Salzburgo es relativamente pequeño, por lo que se recorre en seguida.
Desde el mirador del albergue |
Bajando del albergue |
Ya es la hora de comer para cuando entramos en la estación. Como vamos cargadas con las mochilas y demás pertenencias, nos separamos y dos de nosotras van a comprar pan y algún dulce para el camino mientras las demás esperamos en un rincón con el equipaje. Desde ese lugar vemos claramente la pantalla que indica los horarios de los trenes y sus respectivos andenes, así que decidimos instalarnos ahí para comer y esperar a nuestro tren, que creo que llegaba sobre las tres o las cuatro. Ir de Salzburgo a Munich es sencillísimo, hay trenes directos cada hora como mínimo y el trayecto tiene una duración aproximada de dos horas.
Desde el tren |
Puede que muchos de vosotros ya conozcáis el Bayern Ticket, pero lo explicaré brevemente para aquellos que desconozcan de lo que estoy hablando. Consiste en un ticket muy práctico para viajar por Baviera durante todo el día en trenes regionales. Un solo billete vale para un máximo de cinco personas, y el precio varía dependiendo del número de personas que viajen con el ticket, en nuestro caso eran 38€ (no llega a 8€ por persona). Además de todo el territorio bávaro, el Bayern Ticket incluye también ciudades como Salzburgo (Austria) y Ulm (Baden-Wurtemberg). Se puede comprar en las máquinas de Deutsche Bahn de cualquier estación, sale más barato (en las ventanillas cobran 2€ más). La estación de Salzburgo, a pesar de no ser Baviera, dispone de máquina de DB, de modo que no hay problemas para comprar el billete en dicha ciudad. Aquí os dejo el link de la página alemana de trenes, seguro que lo explica todo mejor que yo: http://www.bahn.com/i/view/ESP/es/prices/germany/bayernticket.shtml
Apunte importante sobre el Bayern Ticket y en general todos los billetes comprados en las máquinas de DB: Es necesario VALIDAR el ticket después de haberlo comprado, existen unos aparatos habilitados para ello en las estaciones. He creído conveniente aclararlo porque las multas por viajar con un billete sin validar ascienden a unos 40€, por mucho que se haya pagado. Yo de esto me enteré después de haber hecho el viaje, por suerte no nos pillaron y nos ahorramos el disgusto.
Una vez ya tenemos el pan para la comida abrimos el último paquete de embutido que nos queda y preparamos los bocadillos. Decidimos dejar el postre para un poco más tarde y recogemos el campamento que hemos montado en las escaleras. Escribo mi nombre en el Bayern Ticket que acabamos de comprar y en cuanto vemos que han puesto el andén de nuestro tren nos dirigimos a las plataformas.
El viaje a Munich es tranquilo, al ser un tren regional la velocidad no es muy elevada y disfrutamos del verde paisaje Baviera, todo lleno de prados y pequeñas aldeas. Tras dos horas llegamos a la estación principal de Munich y en seguida notamos el cambio en el ambiente. Hasta ahora hemos visitado mayormente ciudades pequeñas (exceptuando Praga, cuyo centro tampoco es que sea demasiado grande), mientras que el tamaño de Munich es considerablemente mayor y por consiguiente tiene mucho más movimiento. Nuestro andén está perdido en la nada y tenemos que caminar unos diez minutos por el mismo antes de llegar a la estación propiamente dicha. Una vez allí buscamos la puerta principal, desde donde sabemos más o menos ir al albergue, el Wombats City Hostel por 22€ (http://www.hostelbookers.com/hostels/germany/munich/6146/).
El albergue genial, el mejor junto con el de Praga, a dos minutos andando de la estación, a poco menos de media hora de Marienplatz, habitación espaciosa y con terraza, estupendo para pasar las tres últimas noches del viaje. Además, nos ponen en una habitación de cinco camas a pesar de tener reservada una de seis, por lo que queda asegurado que no nos meterán a nadie.
Ponemos las sábanas y ordenamos nuestras cosas, tenemos seis taquillas y una mesa para cuatro personas, así da gusto. Salimos a la terraza y nos emocionamos por tener una para nosotras solas con sillas y todo. Poco antes de las siete de la tarde volvemos a ponernos en marcha, queremos ver los Englischer Garten esta tarde para poder dedicar el día siguiente al centro de la ciudad. Localizamos un supermercado en la estación, al cual decidimos volver más tarde a por provisiones. Bajamos a la estación de metro y cogemos una de las líneas que pasan por Marienplatz, donde debemos coger la U6 dirección Garching-Hochbrück y bajarnos en Universität. El Bayern Ticket incluye el metro de Munich, por lo que no tenemos que pagar.
En la estación de Marienplatz hay demasiada gente e incluso policías que nos preguntan adonde vamos, por lo visto la línea U6 está cerrada a partir de cierto punto, afortunadamente hasta Universität funciona sin problemas. Pensamos que la línea está en obras y que ésa es la razón de que no funcione, al día siguiente nos enteraremos de que han descubierto una bomba de la Segunda Guerra Mundial y que la tuvieron que detonar. Todo eso a menos de un km de los Englischer Garten, y nosotras tan felices sin enterarnos de nada.
Una vez llegamos a nuestro destino recorremos una gran avenida guiándonos por un mapa que nos han dado en el albergue y tras dar un par de vueltas innecesarias llegamos a los jardines ingleses sobre las ocho. El lugar me gusta mucho, hay grupos de gente sobre la hierba, unos cantan, otros bailan, hablan, etc. Buscamos sin éxito la famosa ola de los surfistas, y al no dar con ella simplemente paseamos por los jardines hasta que nos entra el hambre. Sabemos que en la torre china hay puestos de comida y un Biergarten, de modo que preguntamos a unos lugareños por dónde debemos ir. Nos lo indican mal, lo que nos lleva a dar cinco mil vueltas antes de dar con la torre, al fin la encontramos, pero llegamos completamente desorientadas y sin la más remota idea de hacia dónde queda la ciudad.
Compramos salchichas con patatas para variar y nos sentamos en una de las mesas a disfrutar de la cena. Es un lugar muy alegre y animado, tanto tiempo intentando encontrarlo ha merecido la pena. Nos quedamos conversando un rato antes de volver al albergue, en ese momento no tenemos ni idea del paseo que tendremos que dar. Como ya he dicho, no tenemos ni idea de dónde queda la parada de metro, por lo que nos ponemos a andar sin rumbo, pensando que tarde o temprano llegaríamos a dar con la salida. ¡Gran error! Aquellos jardines son enormes y lo único que conseguimos es perdernos más aún en la oscuridad. Queremos preguntar a alguien pero apenas hay nadie, y las pocas personas con las que nos cruzamos saben aún menos que nosotras, cosa rara. Pasamos media hora completamente a oscuras intentando orientarnos, con más o menos calma (se hizo lo que se pudo respecto a ésto último), calculo que debió ser entonces cuando detonaron la bomba. Al fin llegamos a un punto que nos resulta familiar y logramos salir de los Englischer Garten, seguro que de día son menos inquietantes, realmente nos cruzamos con personajillos muy extraños durante nuestra odisea. Volvemos al metro y de ahí al albergue, pasando por el super de la estación para adquirir provisiones para el desayuno del día siguiente.
Gastos por persona: 43'5€
Ascensor Mönchsberg: 2€
Billete bus Salzburgo: 1'9€
Pan y postre en el super de la estación de Salzburgo: unos 2€
Bayern Ticket: 7'6€
Cena Englischer Garten: 6€
Desayuno en el super de la estación de Munich: 2€
Albergue: 22€
Por Dios, Salzburgo me ha parecido una ciudad de película. La conocí en un invierno de mucho frío y nieve y resultó uno de los lugares más cálidos a los que haya ido. Los paisajes de ensueño. Ahora veo tus fotos tan soleadas y también me resulta una maravilla. Muy lindo tu recorrido!
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