"Yo siempre planeo bien mis viajes" y otros principios que se traicionan al ser Erasmus

Hallo! Como esta semana no he tenido tiempo para escribir una nueva entrada, reciclo una de mi otro blog, me autoplagio. Se trata de la no-planificación del viaje de Semana Santa de 2014. Siendo estudiante en modo ahorro, mi intención era quedarme en mi pueblecillo alemán los cinco días que teníamos de vacaciones. Peeero por lo que veis en esa foto que he puesto ahí a la izquierda de este texto, dichas intenciones se fueron a tomar viento porque acabé pasando las vacaciones en... Praga. ¿Cuánto tardé en cambiar de opinión?



Por lo general soy una persona bastante cabezota, pero me es casi imposible rechazar hacer un viaje por mucho que intente resistirme, son un vicio. También me podría haber buscado un vicio más barato, como dicen mis padres, pero es lo que hay. Aquí podéis ver lo que costó convencerme de que me uniese a la escapada a Praga:

1. Miércoles, 23:30. Subo a desearles buen viaje a dos amigos que se van a Praga la mañana siguiente.

2. Miércoles, 23:40. Uno de dichos amigos suelta la frase más peligrosa que se le hubiese podido ocurrir: "Vente con nosotros".

3. Miércoles, 23:41. ¿Yo a Praga mañana? Qué va, qué va, no intentéis liarme... no tengo dinero y ademas ya habéis cogido el hotel.

4. Miércoles, 23:42. Insisten un poco más y mi expresión facial cambia a...

5. Miércoles, 23:43. Ya queda claro que acabré yendo. Los muy retorcidos se ríen cual villanos.

6. Miércoles, 23:45. Decidimos llevarnos a otro amigo con nosotros también. ¿Que vive en la otra residencia de estudiantes, que casi es medianoche y que el viaje es en ocho horas? Que nadie nos subestime, somos muy malosos.

7. Jueves, 00:15. Amigo medio dormido nos abre la puerta de su residencia. Su cara al escuchar "hola :) :) :), mañana nos vamos a Praga :) :) :)":

8. Jueves, 00:20. Tras un par de convincentes argumentos (todo hay que decirlo, el argumento estrella era que yo acababa de acceder a ir con poco tiempo de antelación también, lo repitieron 576486187498467 veces riéndose de mí a carcajadas por ser tan fácil de convencer) el pobre, sin enterarse aún de qué va la cosa, suelta "bueno... vale". En dos minutos, antes de que le dé tiempo a reflexionar y cambiar de idea cogemos los billetes de tren.

9. Jueves, 00:30. Servidora empieza a hacer la maleta y le escribe un mensaje a su madre de que se va a Praga al día siguiente.

10. Jueves, 8:14. Sale el primer tren del día, uno de los muchos que tenemos que coger para llegar a Praga por un precio barato y da comienzo uno de los mejores viajes del Erasmus.

Estuvimos dos días y medio en Praga, participamos en varios tours, hicimos el ridículo probamos comida típica, sacamos fotos, hicimos el ridículo una vez más, nos colamos en sitios, nos empapamos, casi nos buscamos un lío con la justicia (no es el primero que casi tengo, voy a acabar dando mala imagen), intentamos entender el checo (sin éxito, claramente) y volvimos a hacer el ridículo por enésima vez. 

¿Y el hotel? Antes he dicho que los dos amigos que inicialmente iban a ir ya tenían una habitación reservada. Pues bien, ahora éramos cuatro personas, y de sobra está decir que intención de pagar una habitación en Praga en Semana Santa reservando con un día de antelación NO había. En una futura entrada contaré nuestras vivencias delictivas ahorradoras en lo que a ésto respecta.